La caléndula (calendula officinalis) es una hierba de la familia de las asteráceas. Su uso en la medicina natural es muy antiguo y popular; es una planta comestible aunque su sabor amargo hace su uso tópico sea mucho más conocido y eficaz. Se le atribuyen propiedades cicatrizantes, antinflamatorias, antibacterianas, fungicidas y antiespasmódicas. También regula y calma los dolores menstruales. Suaviza , tonifica, hidrata la piel y sobre todo la recupera de los daños producidos por la exposición solar prolongada. También estimula la secreción biliar y es antiulcerosa, ayudando así en gastritis y gastroenteritis.
Tiene pocas contraindicaciones, aunque contiene ácido acetil salicílico. No se recomienda su uso a menores de 5 años, o pacientes con sensibilidad a las asteráceas.
Desde La tríada encantada tratamos a esta preciosa flor con el mimo y cuidado que merece, recolectándola al alba, momento en que se abre con los primeros rayos de sol. Después las lavamos y la dejamos secar en un lugar oscuro, fresco y seco, resguardado del polvo y de cualquier agente externo que pudiese comprometer su estado y reducir así su eficacia. Tras el secado, separamos la flor del tallo, y procedemos a la maceración. Dedicándole a diario un ratito para comprobar que macera bien y darle un pequeño bailecito para mejorar la efectividad del aceite. Procedemos a colar, dejar reposar y envasar.
Nuestro oleato se mantiene ya envasado y sellado al vacío en un lugar oscuro, fresco y seco para que nada reduzca su calidad.
Pues esto es todo, esperamos que os haya gustado el post, que os haya sido útil y agradable la información sobre esta preciosa planta y que podáis sacarle provecho.
Recordad que este artículo es meramente informativo y no es un consejo médico. Utilizad estas recomendaciones bajo vuestra responsabilidad. Si tenéis alguna duda respecto al uso de estos remedios, podéis dejarnos un comentario más abajo.
¡Hasta la próxima!
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